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Channel: Colaboraciones literarias – Hermandad de la Macarena
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Guiada por la Esperanza

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Esa noche es guiada por la Esperanza, por la esperanza que nos da Ella, la madre..la madre de Sevilla, la madre de los  sevillanos, mi madre.Ella que es Esperanza, que es luz, que es Santa, es Ella, la que viene cada Madrugada Santa a recordarnos que mientras haya vida hay Esperanza, Ella que cuando se asoma por su Basílica comienza la primavera.Pasada la medianoche y sale su cortejo celestial,y sale ELLA iluminando la Resolana,y todos los rostros que la miran …ahí es cuando se para el tiempo, cuando la miras cara a cara y no ves nada más que a ELLA, con su halo de bondad..y su misterio esperanzador.
Ella la Virgen que ríe y llora, que vuelve a su casa con otro rostro diferente al que sale en su Madrugá después de ver a sus sevillanos y a todos los que la esperan.
Ella es bondad, Ella es humana, Ella es la Esperanza…es la fe que no abandona, y guía hasta su Reino.

Estefanía Sánchez Pérez


El tiempo eterno de Esperanza, junto a Ella.

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COLABORACIÓN

Mi corazón reside detrás de unas murallas,de donde la madre de Dios, sale cada Madrugá a entregarnos su eterna Esperanza y a donde acudo con fe,para encontrármela frente a frente y decirle desde el alma, que en Ella confío mi vida, y que es por Ella por la que sigo caminando, por donde Ella me guía. A donde voy con felicidad a darle las gracias por mantenerme con vida. A donde acudo desesperadamente cuando algo va mal, porque sé que Ella me escucha, y sé que por sus hijos vela. La que me da fuerzas para seguir subiendo escalones porque porque al final de los tiempos Ella siempre quedará.

A veces madre mía me pregunto.. ¿Cuantas almas habrán acudido a ti? ¿Por cuantos de tus hijos habrás derramado esas lágrimas? Millones y millones de personas te habrán llamado y te habrán rezado, y al final, nosotros pasamos, terminamos nuestra labor en la Tierra. Y moriremos y Ella siempre queda, Ella siempre está ahí, para cuidarnos y protegernos. Y moriremos, moriremos y nuestros hijos, y nuestros nietos, bisnietos y todas las generaciones futuras podrán ampararse en la belleza de su rostro moreno. Y sí, moriremos, yo también, y no le temo a la muerte, porque cuando lo haga,cuando mi alma descanse solo espero verla a Ella y que me reciba con los brazos abiertos, que me abrace y en ese abrazo sienta lo mismo que siento cada Madrugá del Viernes Santo, que se me llenen de lágrimas de felicidad  lo ojos, que se me aflojen las piernas, que sienta el amor más puro,como cuando la veo cruzar Sevilla de la mano de mi padre, o que sienta las caricias de mi madre cuando Ella no sale, cuando tengo que esperar otros 365 días más. Que no tenga palabras para explicar ese momento, porque esos son los momentos por los que la vida merece ser vivida, y espero que cuando llegue la hora, la hora de irme, me la encuentre, y me entregue ese amor y esa Esperanza por la que viví y morí, porque estar a su lado si que será el cielo que tanto he esperado.


EL BESAMANOS

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Todo un año gran señora,

Subida en tu trono estás,

Derramando tus grandezas,

A quién te viene a rezar.

Cara bella cual ninguna,

Ojos lucientes sin par,

Y esa sonrisa de cielo

Que hace a mi alma vibrar.

Todo eso y más me ofreces

Cuando te dignas a bajar

Y me pongo junto a Ti

Para poderte besar.

Sola no vienes María

Un ángel también vendrá

Que junto a Tí lo pusiste

Desde su más tierna edad.

Esperanza de mi vida

Estela en mi caminar

Meta y final con tu Hijo

Por toda la Eternidad.

 

 

Dolores Morales Martínez

Sobre los buenos hijos

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En los momentos tristes de la vida las personas nos manifestamos, a veces, con una sensibilidad que destaca la gran humanidad y corazón que tenemos. El pasado martes día 28 falleció mi padre Francisco Pérez y Pérez. Gran cofrade y sevillano y uno de los fundadores de la Hermandad de Los Javieres. Pero nació en la calle Relator y eso no es cualquier cosa. Fue Macareno de corazón y recuerdo la gran ilusión que le hizo mi pertenencia a la primera cuadrilla de hermanos costaleros de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia. Y años más tarde vino otra gran alegría, ya que sus dos nietos, Francisco Cayetano y Salvador, pasan a ser componentes de la banda de la Centuria Juvenil.

Sé que la gran ilusión de sus nietos era la de visitar a su abuelo en la residencia donde vivía vistiendo de Armao. No ha sido posible , pero a los dos les digo que no se preocupen, ya que el abuelo tiene un palco reservado para verlos que ni es Campana ni Avenida. Es al lado de su Cristo y de su Virgen desde donde les dará sus “ole” y sus palmas a esa gallarda Legión III de Sevilla donde sus nietos formarán con orgullo algún día no muy lejano.

Me enorgullece haber visto a mis hijos demostrar su amor a su abuelo durante su vida y en estos momentos tan tristes. Y jamás se me olvidarán esos detalles vividos en estos dos días lleno de emociones tan indescriptibles. Llamaron a un amigo y compañero de la banda, Alberto, que nos trajo una de las plumas que lució en la pasada Madrugada, y con cariño se la colocaron sobre su pecho, junto a la medalla de Los Javieres. Y en el momento último de la despedida, Fran lleno de coraje y valentía, se atrevió a recitar con voz adolescente y quebrada por la emoción,la poesía que su abuelo llevaba por bandera “PERO COMO TÚ NINGUNA ”. Unida la familia con esos versos de fondo fuimos más familia y sentimos con orgullo y como bálsamo de consuelo la mirada de nuestra ESPERANZA y de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia.

Gracias a mis hijos que son buenos hijos, buenos nietos y que serán buenos padres y buenos abuelos.
Que la Señora de La Esperanza lo tenga en su Gloria : DESCANSE EN PAZ

ADVIENTO, TIEMPO DE ESPERANZA

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A pesar de encontrarnos en los últimos días de nuestro año cronológico, estamos recién situados ante el primer periodo del año litúrgico católico.

Es en las figuras del profeta Isaías, de San Juan Bautista y de María de Nazaret donde la Iglesia representa el advenimiento de Cristo y la Esperanza de la Resurrección; pero en Sevilla el adviento – como tantos de nuestros días – los marca la ESPERANZA.

Resulta la época adventista un tiempo de gestación, y es en realidad la metáfora de la gestación la que nos hace entender la llegada de la festividad de la Expectación y el porqué es la Esperanza la antesala del nacimiento de Cristo.

Supone un traslado que conduce físicamente desde la Amargura del mes de Noviembre, mes amargo de los difuntos, mes amargo de desempleo y proliferación de pobreza que ha ido llenando las dependencias de los comedores sociales a la vez que desalojando pequeños negocios que sustentan humildes barrios; que pasa ante la Presentación de ese Calvario que día a día vemos que pasan todas las personas que sufren porque se les reconozca su trabajo y que luchan por no ser desahuciados de las casas que el banco reclama con celo para llenar una lista avariciosamente; que conduce siempre – como no podía ser de otro modo en Sevilla, ciudad mariana – a María, Sinelabe Concepta, que escucha desde lo alto de su altar de Alfonso XII aquellas señoras que van a pedirle que les eche una manita San Judas Tadeo. Pero algo se presiente al llegar esta fecha que hace creer que el año que viene nos irá mejor, la ciudad acoge un murmullo nervioso que llena los corazones: quedan unos días para que baje la Macarena.

Etimológicamente la Esperanza es “La confianza en que algo que deseamos sucederá”, de hipónimo es “ilusión”, es la virtud de “pasar del devenir al ser”, pero es que también tiene rostro que se aparece como esa niña que no termina de cumplir los 19 años, que llora pero esconde sonrisa, que todo aquello que ha de pasar pasará y quedará Ella, que nos alumbra desde la noche despierta disipando las nubes de agonía social, económica, de crisis de valores y de sueños que tienen que embarcar en una maleta de mano y que anuncia el final del Adviento y la llegada del tiempo de la Esperanza. Seca las lágrimas de los que han besado todas las manos que la preceden y proyecta el futuro. Esto ocurre simultáneamente en todo el mundo… Pero puede ser que el Arco de la Macarena sea verdaderamente la Puerta del Cielo…

No temáis pues nadie, porque de nuevo vendrá y nos devolverá a cambio de nuestro beso, la fuerza motivacional que la convierte en virtud de quien cree en Ella.

NHDª Noemí Ojeda Álvarez

Romanos bajo el Arco

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DENTRO de la Basílica, el silencio de la vigilia macarena. Fuera, bajo el Arco, los armaos cantando villancicos de guitarra, llaveros y botella de aguardiente. Dentro de la Basílica apagada la media luz de los cirios mostraba a la Esperanza como la debieron ver tantas generaciones en su capilla de San Gil desde 1653, luz de sí misma alumbrando la penumbra apenas rota por los quietos pabilos. Fuera, bajo el Arco, los armaos también volvían a San Gil recordando a la madre que, triste y afligida, un escapulario del Carmen a su niño echó cuando la rueda de un carro en el Arco de la Macarena lo pilló. Dentro de la Basílica una callada multitud, como cada noche que la Esperanza está en besamanos, velaban con ella, rezándole con el corazón, hablándole con los ojos, en ese hondo silencio macareno que no se parece a ningún otro. Fuera, bajo el Arco, los armaos abrían la puerta de la muralla para que por ella entrara la Navidad en Sevilla.

Y los villancicos del Arco eran tan serios como el silencio de la Basílica. El recogimiento de los hermanos y los devotos ante la Virgen era tan calladamente alegre como la estruendosa alegría flamenca de la Centuria. Fuera estaban el gozo, los aplausos, las voces, la música de una chicotá de la Esperanza. Dentro se dilataba hasta ocupar toda la madrugada ese instante eterno de silencio que se hace cuando el paso de la Macarena arría y, como si obedeciera al llamador, la bulla se calla; y parece oírse el leve pendular del ancla tras la transparente celosía de la corona. Y las dos cosas eran la misma, que en el universo macareno el contraste es riqueza, no contradicción.

Romanos macarenos defendidos por corazas de aguardiente del frío de una madrugada de diciembre, cantando villancicos bajo el Arco, mientras en la Basílica, en luminosa penumbra, hay vigilia de meditación y oraciones ante la Esperanza. ¿Y qué? Lo espiritoso y lo espiritual, al fin, no son antitéticos: comparten la raíz latina de spiritus. Todo es uno y lo mismo. Con cuánta razón Juan Sierra pensaba a la Macarena cuando quería en el vino blanco, en el romero y en la cal de una fachada. Así es la Esperanza, humilde reina de los humildes allí en su barrio guardada, siempre su barrio la guarde, que nunca tendrá basílica mejor que las calles y los callejones macarenos, ni altar más suyo que la cama de Victoria Sánchez en un corral de vecinos. Hoy es 18 de diciembre.

H.N.D. Carlos Colón Perales

Publicado en Diario de Sevilla el 18/12/2012

El Anuario Macareno

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Noticia Esperanza Nuestra

La Hermandad de la Macarena cierra otro año. Encaja sus puertas como lo hace con las de su Basílica en la mañana del Viernes Santo:  despidiéndose de frente con el paso de su universal Virgen, mirándonos desde un encomiable balance de metas cumplidas, con el toque final de su  pródiga obra asistencial.

El grueso anuario que acaban de recibir estos días sus doce mil hermanos, es una larga memoria de entrega generosa en cuerpo y alma que honra no sólo a la famosa Hermandad, sino a todas las de Sevilla, pues garantiza con su ejemplo salir sobradamente airosos de la curiosidad y del análisis a los que las someten sus detractores. El expediente macareno es impecable. Da tranquilidad que esto sea así precisamente en donde está el espejo de tantas hermandades (no sólo ya de nuestra ciudad sino de todas partes). Pero lo que quiero destacar es el enorme valor del anuario en sí mismo, el hito que representa en la historia de las publicaciones cofrades.

 Conozco bien de cerca este género. Me impliqué en el tema hasta el punto de fundar en 1980 “Sevilla Nuestra”, una revista sobre la Semana Santa de Sevilla, que persiguió llenar por cuatro años el vacío producido por la desaparición de las tradicionales revistas de primavera. Habían sido posibles gracias a las iniciativas particulares de sus directores, ajenos las más de las veces al ejercicio profesional del periodismo, y sin otro apoyo económico que el de la inserción de anuncios, logrados por una contratación basada en la amistad con quienes regentaban comercios tradicionales. El patrocinio, más que la publicidad, era la razón de aquellas ayudas imprescindibles para sacar adelante una prensa cofrade eminentemente familiar. Fue impagable lo que debimos en aquellos tiempos a Rafael Salvatella por “Amor”, Cipriano Gómez Lázaro por “Al pie de la giralda”, o Manuel Ferrón Juárez por “Albores de primavera”. Y no digamos a Marín Vizcaíno por el Boletín de las Cofradías y hasta el embrión de este actual volumen de “Esperanza Nuestra”. Si a alguien le interesa pormenorizar en este tema, que consulte en la hemeroteca el estudio de Ramón Martín Cartaya que el ABC recogió en una serie cuaresmal de los años ochenta.

 Nada ha llegado tan lejos como este “Esperanza Nuestra” que edita anualmente la Hermandad de la Macarena; una vez más, marcando la pauta. Es tan interesante que podría quedar al alcance más allá de los hermanos que lo reciben, a la venta para el público en general.

 Creo que nunca se cuidó tanto una publicación cofrade. O, para salvar la buena fe de quienes se encargaron de otros casos, al menos no se logró un resultado como este de La Macarena. Una exquisitez. Hay una estrecha relación de calidad entre el continente y el contenido, entre el aspecto gráfico y la literatura.

 Es un acertadísimo conjunto de elecciones bien hechas, algunas tan básicas como decisivas, como pasa con el formato, la maquetación o el tipo de papel mate. Y en cuanto a sus ilustraciones, que se extienden por sus páginas en la proporción del  agua al planeta, es asombroso comprobar la originalidad de la mayoría, bien difícil a estas alturas para una Hermandad multireproducida. Queda demostrado que aún quedan perfiles y puntos de vista por descubrir. El truco está en mirar bien, en fotografiar cualquier resquicio de novedad. Aquí hay auténticos exploradores de perspectivas.

 Los textos son magníficos y sin  erratas, lo que delata una tarea escrupulosa de corrección de pruebas. Y señalo como un relevante ejemplo de magnífica literatura la de Manuel Mantero, desde la Universidad de Georgia en Estados Unidos. Tiene el doctorado de la fonética de la Semana Santa de Sevilla.

 Combinando maravillosamente el presente con la historia, “Esperanza Nuestra” es un ¿boletín?… En todo caso,  un inclasificable tan bien llevado a cabo, que es la propia publicación la que se tiende a sí misma la dificultad,  el reto y el obstáculo de ser igualada o superada el año que viene.

José María Fuertes

Para Sevilla Press

¿Empezaría todo así, Macareno?

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 Eran días mustios de primeros de diciembre. Ya se adivinaba el invierno en Sevilla. Corría el año 1620 aproximadamente,  en pleno apogeo de la ciudad. Atrás iba quedando un otoño húmedo, ventoso, desapacible y que seguramente fue más crudo de lo normal.

En una vieja casa de la calle Pozo y en pleno barrio de la Feria, vivía un hombre de nombre Joaquín con su esposa llamada Esperanza. Ambos tenían un hijo, de nombre Diego, de una frágil salud pese a su juventud. Aun no había cumplido las veinte primaveras.
Joaquín tenía un taller de carpintería en el bajo de la casa donde moraban. Allí y con la ayuda de su hijo Diego, al que le entusiasmaba trabajar con la madera, como aprendiz, se ganaba el sustento de su familia con el trabajo realizado a través de encargos de arcas, mesas, sillas y demás enseres para vecinos, mercaderes, iglesias y conventos de la zona que apreciaban el buen trabajo de Joaquín. Con el paso del tiempo la salud de Diego iba empeorando día tras día, pese a la dedicación y cuidados que su madre le prestaba.

El temor fue apoderándose de sus padres al ver que su hijo enfermo y sin apenas fuerzas se iba apagando poco a poco. Su rostro pálido y demacrado, apuñalaba el corazón de su madre, que  no se separaba de él ni un solo instante. Su padre mordiéndose los labios seguía trabajando entre tenazas, azuelas, garlopas, escofinas y gubias que abarrotaban  el taller, que ahora  se le hacía demasiado  grande.

Un día mientras Diego reposaba en su lecho y  escuchaba a su madre sentada junto a él, como durante tantas horas y tantos días, en la oscuridad del dormitorio, observó cómo unos tímidos y tenues rayos de sol, traspasaban la diminuta ventana, e iluminaban la cara de su madre. Y por primera vez, pudo ver la amalgama de amargura, desesperación, dolor, abatimiento…dulzura, amor, esperanza y lágrimas (aunque quisiera disimularlas secándolas con un pañuelo) que revelaba su rostro. Ella presagiaba un final cercano.

 El cuerpo de Diego se estremeció hasta lo más hondo de su alma, y sacando fuerzas de donde no la había, le dijo a su madre que quería bajar al taller, ésta intentó de convencerle para que así no fuese, y el insistió de nuevo.

Joaquín al ver a su hijo, sorprendido intentó ayudarle, éste le dijo: “padre deme un gran trozo de madera noble y un juego de gubias”. El padre no preguntó, he hizo lo que su hijo le había pedido.

Diego ante el asombro de sus padres, empezó a tallar la madera con las pocas fuerzas que aún le quedaban, golpe a golpe,  y modelando en él,  el reflejo de la dulce cara de su madre. Les pidió que se fueran a  descansar. “Yo me quedaré aquí hasta tarde. Estad tranquilos  y no os preocupéis por mí, me encuentro bien”, susurró.

A pesar de ello, sus padres estuvieron toda la tarde y toda la noche en vilo. Mientras él seguía tallando a golpe de gubias. Eran gubias Celestiales que reflejaban el dolor y la sonrisa, la alegría y la pena. Ambas cosas a la vez. Pasaron las horas, la madrugada, y Diego con sus últimos alientos de vida, seguía limando y perfilando los rasgos del  rostro más divino y hermoso de mujer que jamás una persona pudo sacar de un trozo de madera. En él  dibujó el dolor y a la vez la sonrisa de su madre. Casi al alba, pudo contemplar con todo el amor del mundo la sublime belleza de la talla realizada con sus angelicales manos. Acariciándola,  la besó, suspiró, sonrió y la cubrió con un velo de seda blanco. Y Diego…dejó de respirar, sin no antes decir: “Madres habrá pero como tú ninguna”.

Pasaron los  meses, y unos frailes del convento de San Basilio, ordenados por el prior, fueron a recoger una mesa que se le había encargado a Joaquín. Al entrar éstos en el taller, se fijaron en una talla, que estaba cubierta con un velo. Al preguntar uno de ellos qué se escondía tras ese velo blanco, Joaquín, respondió girando la mirada hacia un lado de la habitación, que la hizo su hijo antes de morir, y que aún no la había descubierto. El religioso miró hacia el mismo lado  y vio a Esperanza, sentada en una silla con la mirada hacia el suelo y murmurando a solas. Con mucho respeto, dirigiéndose a ella, le pregunto si podía retirar el velo, ésta, asintió con la cabeza. Y mirando a Joaquín en todo momento, y con mucha delicadeza, dejó caer el tupido velo.

El fraile sobrecogido, tembloroso, fascinado y sin poder articular palabra ante tal derroche de amor y belleza, miro a la señora, y esta, incorporándose con bondad y humildad, manifestó: “llévensela al convento, que sea de este barrio, guárdenla y cuídenla como oro en pan, que lo que mi hijo hizo  perdure por los siglos. Y proclamen por Sevilla y el mundo entero, el amor, la ternura, la dulzura y la ESPERANZA que él reflejó en ELLA”.

¿Empezaría todo así, Macareno?


Reserva de Misas de Grupos en la Basílica

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home Arturo Candau  (14)

Con el fin de facilitar a aquellos grupos de devotos que desean celebrar en la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena una Sagrada Eucaristía al margen de las misas ordinarias y de los cultos que la Hermandad tiene establecidos, se ha implementado en esta página Web una nueva aplicación para poder realizarlas on line, cómodamente y sin tener que desplazarse ni contactar previamente con la capillería.

Dicho acceso se encuentra ubicado dentro del denominado Libro de Misas y Bodas. Una vez en él, se puede optar por hacer una reserva para ofrecer una Misa por las intenciones de un particular o en sufragio por el alma de difuntos, realizar el trámite de la reserva de fecha para celebrar Bodas, o bien reservar el templo para la celebración de las mencionadas Misas de Grupos.

Para esta última opción habrá que,  al margen de cumplimentar todos los datos del cuestionario que se presenta, adjuntar mediante fichero informático jpg o pdf  la acreditación oficial expedida por el obispado correspondiente, del Sacerdote que oficiaría la Eucaristía.

Porque es el lucero de la mañana

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En estos tiempos de crisis mundial, yo, macarena de nacimiento me refugio en sus brazos, bajo su manto vivo, en sus manos pongo mi vida y en su rostro mi esperanza. Esperanza que me guie, me proteja y me ayude como hija suya, como amiga o como hermana, formando una parte de mí tan esencial que si algún día, por remoto que fuese, tuviese que abandonar la ciudad y no pudiese contemplar su rostro una madrugada más sin ella, moriría.

Porque es el lucero de la mañana, que nos ilumina por la calle Feria, cuando las fuerzas agonizan tras esa tremenda noche, y el ver su rostro lleno de luz, de oraciones, de súplicas de su pueblo, rendido ante Ella cada madrugada, cada día en su casa, cada besamanos anhelando ese momento de acercarnos un instante a Ella y poder ver su cara frente a la tuya y decirle desde lo mas profundo de tu ser: ¡Aquí me tienes madre rendido ante tí de nuevo!

NHDª Melania Gómez Moreno

A mi padre, con motivo de su retirada…

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1992 Abril 47 Viernes Santo_home

Nunca fui capaz de imaginarme cómo sería la noche de hoy. Nunca fui ni tan siquiera capaz de pensar que este día, tarde o temprano, tendría que llegar. Quizás por miedo a lo novedoso: ¿cómo será a partir de ahora la noche de cada viernes de Cuaresma?

Si algo he aprendido en mi vida es, como bien me has enseñado tú, que el principio y el fin del macareno no es sino la túnica. Por este motivo, llegué a entender que, pese al dolor que sentí cuando me dijiste lo que tenías ya hablado con el Señor, debía rehuir de ese sentimiento. A pesar de que aún no lo haya conseguido, me has enseñado que Ellos están por encima de todo, y que serán los únicos que perduren por los siglos de los siglos…

Así que no he venido hoy más que a mostrarte mi alegría por todos aquellos inolvidables recuerdos que mantendremos por siempre en nuestras retinas. Inolvidable será haber crecido de tu mano, educándome en la fe cristiana y en la devoción a nuestros Sagrados Titulares. Inolvidable será también haberte acompañado a todos los ensayos, “igualás”, “mudás”, convivencias, desde que tengo uso de razón. Igualmente lo será el camino de casa a la Basílica, tras despedirnos de mamá y Laura, antes de realizar la Estación de Penitencia, andado, para ir “relajando los nervios” por el camino. Marcados quedarán por siempre en mi corazón los besos y abrazos que nos dábamos en cada relevo: -¿Cómo vas?, -¿Va dando mucho este año?, -Disfruta que se está acabando esto ya… Así como tantos y tantos otros que prefiero que se queden para ti y para mí…

Hoy te vas con el orgullo de haber paseado al Señor desde el año 1979, con la satisfacción del trabajo bien hecho, y con la ilusión de seguir sirviendo a la Hermandad en lo que ésta necesite. Yo seguiré aprendiendo de la humildad y honradez con la que te retiras, sabedor de la dura decisión que un día tomaste. De aquí en adelante, ambos le pondremos respuesta a la pregunta que me hacía al principio.

“Al” Vega le toca ahora, desde otra perspectiva, seguir disfrutando de este mundo de la trabajadera: con su gente, con su cuadrilla, con los que le enseñaron y con los que aprendieron de él. Enhorabuena por toda una vida…

¡Ahí queó! ¡Abajo con Él! Se retira una vieja gloria del Señor de la Sentencia…

NHD David Vega Vázquez

REFLEXIONES SOBRE LA ELECCIÓN DE S.S. FRANCISCO I.

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Francisco I nuevo papa

El día 13 de marzo tras cinco votaciones fue elegido como nuevo Sumo Pontífice el cardenal Jorge María Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires, quien regirá los destinos de la Iglesia bajo el nombre de Francisco I.

EL CÓNCLAVE.

El pasado 12 de marzo se inició el cónclave en el que 115 cardenales eligirían al sucesor de Benedicto XVI. Algunos de estos cardenales han acudido en diferentes ocasiones hasta la Basílica de la Macarena para venerar a la Santísima Virgen de la Esperanza.

El cardenal que en más ocasiones ha visitado la basílica no es otro que el Cardenal emérito de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo. La primera ocasión que lo hizo fue en el año 1975, siendo obispo de Tánger, para predicar el Tríduo de la Coronación de la Santísima Virgen; repitiendo en 1977 con el Septenario a la Santísima Virgen de la Esperanza. En aquel momento ingresó como hermano de la Hermandad. Pocos días después de su toma de posesión como Arzobispo de la Archidiócesis de Sevilla, Fray Carlos visitó la Basílica el 5 de julio de 1982 para postrarse ante la Stma. Virgen de la Esperanza. Hasta que trasladó su residencia a Madrid, siendo ya Arzobispo emérito de Sevilla, acudió regularmente cada año para presidir diferentes funciones, celebrar el sacramento de la confirmación o, de forma privada, orar ante la Virgen de la Esperanza. El mismo día que Juan Pablo II anunció su nombramiento como cardenal se postró ante la Virgen de la Esperanza rogándole “que siga con fidelidad a la Santa Iglesia, a la Diócesis de Sevilla y a esta querida Hermandad de Ntro. Padre Jesús de la Sentencia y María Stma. de la Esperanza Macarena”.

El 15 de enero de 1989 Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo y Primado de América, y Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, por entonces Obispo auxiliar de Tegucigalpa, realizaron una visita conjunta a la Basílica de la Macarena, celebrando la Santa Misa.

El cardenal sudanés Gabriel Zubeir Wako, Arzobispo de Khartoum, acudió el 10 de junio de 1993, visitando el templo y sus dependencias. En la víspera del día de la Asunción del año 1998 fue Francesco Monterisi, por entonces Secretario de la Congregación para los Obispos y actual Arcipreste emerito de la Basílica de San Pablo extramuros, firmando en el Libro de Honor y rogando a la Santísima Virgen que bendijera “a la Hermandad y toda Sevilla”.

El que fuera Nuncio Apostólico en España y actual Penitenciario Mayor, Manuel Monteiro de Castro, acudió al templo el 21 de mayo de 2000. El pasado año concedió a nuestra Hermandad el Año Jubilar. El 12 de octubre de ese mismo año fue el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Juan Luis Cipriani Thorne, quien tras elevar sus plegarias a la Santísima Virgen dejó escrito en el Libro de Honor: “Con enorme alegría, y lleno de agradecimiento, me inclino! Madre mía de la Esperanza Macarena! para ofrecerte el amor del pueblo peruano y especialmente de la Arquidiócesis de Lima. Mi cariño para la Hermandad por este maravilloso ajuste a la fe de esta querida Sevilla”.

El 4 de marzo de 2011 fue el Arzobispo de Munich, Reinhard Marx, quien visitó la Basílica y el nuevo museo macareno mostrándose sorprendido tanto por sus contenidos como por la disposición de éstos.

El Cardenal Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el salesiano Angelo Amato, presidió la Solemne Función como culminación del Septenario en honor de la Virgen de la Esperanza el 18 de marzo de 2012. Anteriormente, en 1995, también participó en el Congreso Mariano organizado por nuestra Hermandad con motivo del IV Centenario de la Fundación de la Hermandad. En ese mismo año visitaron también nuestra sede canónica los cardenales Velasio de Paolis, Presidente Emérito de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede, y Antonio María Rouco Valera, Arzobispo de Madrid.

El actual Secretario de Estado Tarcicio Bertone también realizó una visita de carácter privado en el año 2009.

ELEGIDO UN PAPA ARGENTINO.

Aunque el recién elegido como cabeza de la Iglesia católica no ha visitado nuestra ciudad, varios miembros de la jerarquía argentina han visitado la Basílica Macarena.

En 1962, monseñor Miguel Raspanti, obispo salesiano de la diócesis argentina de Morón visitó el templo, permaneciendo al frente de su diócesis hasta cumplir la edad reglamentaria en 1980. En la visita estuvo acompañado del franciscano Obispo auxiliar de San Juan, Ildefonso María Sansierra Robla. Meses después de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza, el 11 de diciembre de 1964, fue otro salesiano, en esta ocasión Carlos Mariano Pérez Eslava, Arzobispo de Salta, quien oró ante la Virgen de la Esperanza, rogándole su maternal bendición. Justo Oscar Laguna, Obispo Auxiliar de San Isidro, hizo lo propio el 14 de septiembre de 1975, consagrando su episcopado a la Virgen de la Esperanza; volvió nuevamente en 1984, ya como Obispo de Morón.

El 18 de enero de 1982 el entonces Obispo Auxiliar de Avellaneda, Rubén Héctor di Monte, quien posteriormente ocuparía el arzobispado de Mercedes-Luján, agradecía a la Virgen de la Esperanza la oportunidad de postrarse ante sus plantas. En 1987, Ricardo Murtagh, responsable de Cáritas de Argentina, visitó la Basílica junto a un nutrido grupo de prelados.

Por último, el cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio, Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, escribía el 11 de junio de 1993 en el Libro de Honor: “Hoy es un día de gracia para mi. He visitado a la Hermandad de la Virgen de la Esperanza Macarena. He contemplado de muy cerca y muy desde adentro el rostro pascual de Nuestra Señora (dolor y esperanza). Dejo en el corazón de María todas mis inquietudes y dejo a todos los Hermanos mi bendición cordial y paterna. Salve, Esperanza Nuestra”.

NHD Santiago D. Álvarez Ortega

Esperanza Macarena, siempre Virgen María

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Quizás el emblema de todo sevillano sea la giralda, esa torre flamenca coronada por un giraldillo.
Pero yo siendo gaditana y amante de esa ciudad de ensueño, no lo encuentro más que en el "arco sevillano". El que aguarda receloso el mayor de los tesoros. Que suerte tiene Sevilla de que la Madre de Dios quisiera quedarse allí eternamente, bajo el amparo de la dulce mirada de su Hijo cautivo, y que a la vez nos hace libre a nosotros. Y que suerte tiene Sevilla de que cada "Madrugá", llene cada rincón de Esperanza, eso que dicen que jamás se pierde, y que es el mensaje que Ella nos transmite. ¿Acaso Jesús se rindió con el peso de la cruz? ¿Acaso Ella abandonó en algún momento su misión de ser mediadora y servidora del Señor? "La Esperanza es el único bien común a todos los hombres, los que todo lo han perdido aún la poseen" y de eso se encarga Ella de transmitirlo, no sólo una noche al año, sino cada instante de nuestras vidas. Que suerte tiene Sevilla de que la Virgen baje en su bendito mes del camarín para que sus hijos le besen la mano. Y si Sevilla tiene suerte, más suerte tengo yo de tener a mi Madre esperando que vaya a verla, y refugiarme en su mirada, ver y sentir como me escucha y me ofrece su protección y amparo, a pesar de la distancia. El latir de tus mariquillas marcan los latidos de mi corazón. Que suerte tener la certeza de que cuando vaya al cielo, la que me reciba tendrá, no cara de pena sino tu bendita cara Esperanza Macarena, siempre Virgen María.

Plegaria a la Macarena

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macarena

Me enamoré de tus ojos

la pasada madrugada,

y delante de tu palio

quise rezar sin palabras

porque fue mi corazón

quien te llenó de plegarias.

Plegarias por los que sufren,

por los que no tienen nada,

por los que están sin trabajo,

por los enfermos, que en casa,

te ven sin abrir sus ojos

perdiéndose en tu mirada.

¡Qué Gloria tan infinita

se apoderó de mi alma!

cuando te vi entre la cera,

entre varales de plata,

entre los claveles blancos

que brotaban a tus plantas,

entre el sentir de tu gente,

entre Vivas y entre Palmas,

y hasta vi llorar al cielo

cuando despuntaba el alba

porque no podía creerse

la hermosura de tu cara.

Y me entregué por entero

a descansar en tus lágrimas,

y quiero que seas mi guía,

que a mi vida traigas calma,

y que ampares a mi hijo,

y al que ahora está en las entrañas

de la mujer que me sigue

cada día, cada mañana.

Por eso te pido Madre

que bendigas con tu Gracia

al que llora por sus penas,

al que en la vida no avanza,

a los que no tienen techo,

a los que el paro le mata,

a los niños de las calles,

a todo el que sufre y calla,

para que todos los días

sean eterna Madrugada

y cuando miren al cielo

nunca falte tu ESPERANZA.

 

                                            NHD   Jesús Fco. Puyana Román.

Luz de los cristianos

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macarena

Cuando la perfección alcanza su máximo esplendor, el cielo se tiñe de `verde tisú´y Sevilla sonríe, a la vez que llora al ver a María pasear bajo palio por sus calles. Un palio perfecto para Ella,una corona de oro, y las flores más bonitas para la Madre de Dios. ¿Pero quién los ha visto? ¿Quién ha podido fijarse en otra cosa que no sea el rostro de la Madre de todos los macarenos?
Dicen que cuando la Macarena traspasa el atrio de su basílica florece la primavera. Creo que más allá de eso, los relojes se paran y el tiempo se detiene. Dan las doce y tu presencia aún no se ve, pero se intuye. Intuir tus ojos mirando a todo aquel que te busque lleno de fe, tus manos repartiendo esperanza al que lo necesita, tus lágrimas derramandose por todos los que sufren, y tus mariquillas latiendo al compás de los corazones que te sienten.
Todos te necesitamos y hasta el que te niega, te necesita también. Aunque alguno se empeñe en buscarte de espaldas, tarde o temprano te hallará de frente.
No se sabe quien te hizo porque Tu no eres de este mundo. Eres del cielo, eres ángel, pureza y bendición nuestra, que Dios nos concede para que gocemos de alivio y acudamos encontrando la paz y la Esperanza que no se encuentra fuera de Tí.
Eres especial, nada ni nadie puede compararse a Tí, por eso todo el que te ve tiene que postrarse ante Tí. `Por eso Reinas habrá, pero como Tú ninguna´.

Estefanía Sánchez Pérez


No, no llores si este año no pudiste salir.

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colaboración 01

¡¡ Niño¡¡, ¡¡ Leo, Niño¡¡ no llores si este año no has podido salir, sé, que era tu primera vez;  cuando supe que  ibas a nacer, mi primer regalo, quería que fuese tu ropa de nazareno , con mucho dobladillo, la abuela  las  manoletinas  con  hebillas que ponen Sentencia. Después de cuarenta años,  Yo, también me vestía de verde como Tú, te he estado esperando, todo ese tiempo,¡¡mira si tenia ganas de salir contigo¡¡ .No, no llores si este año no has podido salir, los caramelos, ya veremos lo que hacer, las estampitas todo el año para repartir, las medallas las guardaremos y el año que viene Dios, dirá.  No te va a faltar de nada, aquí, somos un poquito presumidos y queremos ir guapos, como el que más, es nuestro día, el día mas esperado de todo el año, y veras que siempre no es como uno quiere,  puede que un año te pongas malito, puede que vuelva a llover, puede,…. puede pasar tantas cosas, que sin querer algún día, no de buen grado, pero con el tiempo  aprendas aceptar,  que son como piedrecitas, que la Virgen nos pone, para darle más valor, a la noche que esta por llegar. Te esperan  muchas , muchas Madrugá,  cuando seas un poco más grande, te daremos una varita, Yo, te esperare, cuando la noche le de paso a la mañana, allá por la Encarnación, mu bien peinaíto, y tu ropa siempre como si la fueras a estrenar,  otro año  te daremos  una velíta y le des cera  a los niños que quieren hacer una bola,  mancharas  alguno que delante tuya este, te dirá  ¡¡ ten cuidado ¡¡ , pero eso es normal, algunos protestan, protestan, pero no se perderán ni una, si en ellos está;  cuando menos lo pienses, nos tendremos que pelear con tu Mama, Tu le dirás que ya eres grande y que quieres toda lo noche, lo conseguiremos, el primer año si llegas a la Catedral, mucho será y un cirio de mayor, aunque te pese tu querrás llevar; si te apuntas  y ayudas, podrás vestirte unos años de acólito, perfumando las calles de Sevilla; con el tiempo los tramos primeros iras dejando, presumirás de que vas en el cuarto, en el quinto,…….., si,  solo veras nazarenos delante, nazarenos detrás, no escucharas música, pero da igual, vamos dando luz a Nuestra Hermandad, siente orgulloso eres ni más ni menos, que un Nazareno de la Macarena, y eso solo lo podemos decir, los elegidos, si, aquellos que por uno u otro motivo, a lo largo de la vida, Ella, nos miro y sin saber como te deje atrapado.

      Con el tiempo, a lo mejor tienes la suerte, de poder vestir la ropa de  Armao, son solo cien, darán custodia al Señor, y sus plumas blancas, a la noche le dan un color especial, la cara descubierta, son los primeros en vestir y desde la mañana del Jueves ,  visitaras el hospital, verás a niños  que están en cama, les darás una estampita para que se puedan pronto curar. A lo mejor quieres ser costalero como lo fue mi Padre, es duro, pero eso no tiene igual, saber que sobre tu cuerpo meces a la Madre de Dios o a su Bendito Hijo, eso te ayudara en la vida y te hace muy especial.

       Leo te digo que no llores, por que por algún motivo, Ellos no han querido que  lo hagas, veras, te confieso, que aunque ya sea mayor, aquí todos nos hartamos de llorar, y dirás que porque, Yo te lo digo, lloramos por todo, por la alegría de llegar, lloramos por los que algún día tuvieron que dejar su sitio,   lloramos tanto, que a lo mejor es por eso que tenemos que llevar antifaz, lo hacemos cuando vemos el paso volar, cuando abrazas a un hermano, cuando la  noche se acaba, cuando dejas tu cirio y sobre todo cuando, te miras para dentro y aunque te falte algo, lo pases bien o mal, tu estas ahí, donde siempre has querido estar.

       Si tienes suerte, llegaras a comprender lo importante que es vestir tu túnica de nazareno, eres la continuidad de tantos y tantos hermanos que con el paso de los siglos, nos han dejado aquí, es nuestra responsabilidad y con el paso de los años, serás Tu, el que le cuentes a tu hijo, que es ser Macareno, le dirás que los buenos Macarenos somos unos benditos, con la obligación de repartir Esperanza no solo la noche del Jueves Santo, el Macareno tiene la obligación durante todo el año de ser reflejo, de quien desde el  Camarín  siempre te espera, tendrás el peso divino, de poder decir que eres hijo de la Esperanza.

       Ya sabes Leo, por lo que no tienes que llorar, mira la vida con  fe, la alegría de quien  eres, ahora duerme, y lo mismo mañana te cuento, lo que que  vivimos el año en que nos tuvimos que meter el Salvador , y aunque Tu,  no repartiste estampitas, no te pudiste vestir de nazareno, Tu venias conmigo y sin saber como, Yo ya te llevaba de la mano.

                 A mi nieto, ni más ni menos que otro eslabón por engarzar.

NHD Ángel Antonio Tirado Muñoz

Y todo, gracias a mi hermandad. La Macarena.

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niños bielorrusos

Hay ocasiones en la vida, en la cuales uno tiene esa desazón de haber llegado tarde. Esa sensación, melancólica, de estar viviendo algo, tremendamente bello y, que te hubiese gustado haberlo vivido desde mucho tiempo antes. Esa tristeza, provocada por el egoísmo,  humano, de querer más de aquello que nos gusta, que nos provoca sentimientos positivos, pero que desgraciadamente sólo tenemos por delante, hacia el futuro, y nunca hacia atrás.

Nunca podremos tener lo que no tuvimos, pero sí aquello que tendremos.

Pero, evidentemente, todo esta inmensidad de sensaciones encontradas, de alegrarte por algo y al mismo tiempo sentir tristeza, es provocado por algo que nos ha hecho sentir bien…muy bien.

Hace tiempo ya, tuve esa sensación de la que os hablo, cuando reflexionaba sobre lo que había supuesto para mí, y para mi vida, ser costalero de la Hermandad de la Macarena…Yo entré a formar parte de la cuadrilla de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia cumplidos los treinta. Tenía a mis espaldas algunos años de experiencia, pero lo que iba a vivir a partir de entonces, simplemente…NO HAY PALABRAS. Y digo esto, no sólo por los momentos bajo el paso, o en los ensayos…lo digo por eso, y por muchas cosas más.

Haber entrado a formar parte de la cuadrilla de hermanos costaleros de la Hermandad de la Macarena, me ha permitido, en primer lugar, y sobre todo, conocer a gente estupenda. Me ha hecho crecer como persona, en el más amplio sentido de la frase. Me ha dado la satisfacción de ver disfrutar, felices, a mis hijos y a mi mujer. Me ha dado muchas más cosas de las que, sinceramente, yo le había dado a mi hermandad…

Por todo ello, cuando este año recibí el correo, solicitando la ayuda de tres familias macarenas, para acoger a tres niños bielorrusos que se habían quedado sin ellas, no lo dudé. No lo dudamos.

Pero, de nuevo, me equivoqué. Creía que era yo el que, de alguna manera, podía devolverles a ELLOS, y la Hermandad, un poco de lo que nos habían dado. Y, sin embargo, nuevamente, eran ELLOS, era la Virgen de la Esperanza, la que me daba…

Acoger a Palina, mi niña bielorrusa, me ha proporcionado una de las mayores satisfacciones de mi vida. Lo que mi familia, y sobre todo mi mujer y yo, hemos vivido, sentido, disfrutado…aprendido…en estos días de tener en casa a esta niña, sencillamente: NO SE PUEDE VALORAR, NO SE PUEDE MEDIR, NO SE PUEDE DESCRIBIR…Hemos reído, hemos llorado, hemos discutido, pero, sobre todo, hemos aprendido… Hemos aprendido que el ser humano, no es malo, es torpe. Es torpe porque, perdemos el tiempo en vaguedades y pequeñeces, que no aportan nada a nuestras vidas, cuando a poco que nos interesemos, a poco que pongamos de nuestra parte, podríamos hacer de este mundo, de esta vida, algo más sencillo, más hermoso. Hemos aprendido, cuánto se puede llegar a querer a un crío, sin ser hijo tuyo. Cuánto se puede llegar a querer a una persona, sin ser sangre de tu sangre. Y todo, gracias a mi Hermandad: La Macarena.

A todos aquellos que critican a las hermandades, y muy especialmente a los que dedican sus miradas hacia nosotros, no voy a recriminarles hoy nada, no voy a sermonearles, ni voy a criticarles nada. Únicamente voy a decirles una cosa: CUÁNTAS COSAS BELLAS DE ESTA VIDA OS PERDÉIS, POR CULPA DE VUESTRA CERRAZÓN, POR NO QUERER VER LAS DE COSAS BUENAS QUE LAS HERMANDADES HACEN POR LOS DEMÁS…

NHD Rafael Jesús Cuadrado Ramos

Vida, dulzura y Esperanza Nuestra

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Esperanza_Macarena

Nunca el anonimato fue tan conocido. Eso debe pensar quien en una probable tarde de primavera de esas que regala la ciudad eterna, que no es Roma sino Sevilla en Cuaresma, imaginara tu divino rostro inmaculado mientras el sol se posaba en la línea de horizonte que crea el espejo Guadalquivir, injusto reflejo de tanta belleza.

Tanto miedo sintió quien te mirara a los ojos después de acariciar por última vez tu nacarada piel con la punta del cincel, que ni huella quiso dejar para ser reconocido como maestro imaginero, como creador de lo imposible, como padre de la hermosura más pura que se recuerda y venera en una ciudad postrada ante el palio de la Macarena.

Fue tal el insulto que profirió a la creación, que por temor a ofender al mismo Dios, ese de poderosa  y humilde zancada que acude al encuentro de las ovejas descarriadas para ofrecerles ríos de misericordia en la plaza de San Lorenzo, que ni sus iniciales quiso grabar en una madera de amor y perdón procedente del tronco del árbol del pecado original.

Quizás fue algo ingenuo al creer que no fue el que todo lo puede el que convirtió sus virtuosas manos en herramientas para tallar a esa mocita de mirada infantil que siempre por abril, y a pesar del transcurso de los años, cumple tiernos diecinueve. Y tal fue su obra, que cuando alzó la mirada debió escuchar una voz atronadora que decía sosegada y confiada: “Hijo ahí tienes a tu Madre; Madre ahí tienes a tu pueblo”. Cristianos capaces de andar a oscuras, despojados de cobijo, agua, riquezas y aún en esas rendirte pleitesía y colmarte de alabanzas, porque se puede vivir sin aire, pero no sin Esperanza.

“TÚ que luces de luto torero en la madrugada y eres reina coronada en la resolana

San Gil amanece bajo el resplandor de cinco rosas verdes engarzadas

Que son la antesala a una puerta del cielo en forma de arco mariano

Porque es precisamente el misterio que te envuelve el que nos hace cogerte la mano

Porque no se puede ser sevillano sin calzar sandalias de romano

Ni cautivo sentenciado sin vestir de morado nazareno

No hay Sevilla sin Macarenos”.

Francisco Javier Zambrano Domínguez

A la Virgen Macarena de NªHªDª María Esperanza González

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Lo que tengo que decirte

Es lo que Tú ya conoces

Que aquella primera noche

Que pude verte de cerca

Pensé

¡Si parece de verdad!

Y ahora

Que ni de Usted puedo hablarte

De tan sentirte conmigo

Y reverenciar tu imagen

No lo pareces, ¡Lo eres!

La verdad de mi ternura

La inspiración para darme

En lo chico o en lo grande

A la que hecho de menos

-en eso como a mi madre-

Que en cada encuentro me toca

Dulcemente el corazón

Y así la separación

Es tan sólo la Esperanza

De regresar a Tu cara

A Tu mirada

A Tu Amor

 

Spes

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Volví a reencontrarme contigo,con esa mirada que dice tanto en el silencio de la nada. Volví a vivir aquello que ya daba por perdido y que recuperé gracias a tí. Sentí que el tiempo se detenía y que sólo eramos tú y yo.

Por fin se hizo realidad aquella conversación que teníamos pendiente y pude contarte lo que mi alma sentía. Tú,madre,siempre pendiente de todo y todos,velando por Sevilla y ¡por tantas cosas!.

Tú, que navegas entre un mar de cirios verdes, regalando ilusión,amor,… Esperanza de los cristianos,que junto a esos ángeles de plumas blancas,consiguen imposibles con pequeñas cosas. Esperanza de los que sufren,Esperanza misericordiosa,que nunca sueltas tu mano de los que un día estuvieron perdidos y regresaron a tu lado para no soltarla nunca.Tu sonrisa,la más hermosa que existe,sale de tu corazón puro y limpio,lleno de bondad.
Mater mea, Spes Nostra, … Amén.
María Sánchez Peña
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